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Las cicatrices de acné representan uno de los mayores desafíos en dermatología estética. No solo requieren un conocimiento experto y formación específica, sino también una valoración individualizada que permita elegir el tratamiento más eficaz para cada tipo de cicatriz y piel.
No todas las cicatrices son iguales: existen atróficas, en picahielo, rolling, boxcar…, y cada una responde de forma distinta a los tratamientos. Por eso, en consulta realizo un diagnóstico preciso y diseño una estrategia combinada y personalizada.
Las combinaciones más eficaces integran tecnología de última generación, como:
Láser de CO₂ fraccionado
Estimula la regeneración del colágeno y mejora notablemente la textura cutánea. Ideal para cicatrices profundas.
Subcisión con cánula roma o endoláser
Técnica quirúrgica mínimamente invasiva que libera las adherencias que traccionan hacia dentro la piel.
Láser fraccionado no ablativo (Erbio:Glass, etc.)
Opción excelente para quienes desean mejoras progresivas con menos tiempo de recuperación.
No del todo, pero pueden mejorar significativamente en textura, profundidad y aspecto general con el tratamiento adecuado.
Depende del tipo de cicatriz y de tu fototipo de piel. La combinación de técnicas suele dar los mejores resultados.
Puede generar molestias leves a moderadas, que se controlan con anestesia tópica. El postratamiento requiere cuidados específicos.
Generalmente se recomiendan entre 3 y 5 sesiones, espaciadas cada 4–6 semanas, aunque esto puede variar según el tipo de cicatriz.
Rellena el formulario y solicita tu primera valoración.